Filosofía

MARCO DE PENSAMIENTO

La Escuela ANANKÉ se fundamenta en un marco de pensamiento transdisciplinar, que reconoce la complejidad de lo humano y de la realidad como un tejido vivo, interconectado y en permanente transformación. Frente a la fragmentación del saber contemporáneo, ANANKÉ propone una mirada integradora que articula filosofía, ética, ciencia y conciencia como dimensiones complementarias del conocimiento. 

El pensamiento que inspira a la Escuela no busca ofrecer respuestas cerradas, sino cultivar la capacidad de preguntar, discernir y comprender. La filosofía es entendida como una práctica viva, orientada no solo a interpretar la realidad, sino a habitarla con mayor lucidez, responsabilidad y profundidad. Pensar es, en este sentido, un acto ético y existencial

VISIÓN ANTROPOLÓGICA

La visión antropológica de ANANKÉ concibe al ser humano como un ser integral, abierto y relacional, cuya identidad no se reduce a lo biológico ni a lo racional. El ser humano es cuerpo, mente, emoción y conciencia; es historia, vínculo y posibilidad. Esta comprensión integral reconoce tanto la dimensión visible de la existencia como aquellas dimensiones invisibles — simbólicas, energéticas e informacionales— que configuran la experiencia humana. 

Desde esta perspectiva, la Escuela entiende que el ser humano no está acabado, sino en continuo proceso de exploración. La educación no consiste en moldear desde fuera, sino en acompañar procesos de autoconocimiento, integración y realización, respetando la singularidad de cada persona y su propio ritmo de desarrollo.

RELACIÓN ENTRE FILOSOFÍA, CIENCIA Y ESPIRITUALIDAD

ANANKÉ entiende la relación entre filosofía, ciencia y espiritualidad no como ámbitos enfrentados, sino como lenguajes distintos que abordan una misma realidad desde perspectivas complementarias. La ciencia aporta rigor, método y comprensión de los procesos; la filosofía ofrece reflexión crítica, sentido y orientación; la espiritualidad abre a la experiencia del Misterio y a la dimensión profunda de la existencia. 

La Escuela promueve un diálogo honesto entre estos campos, evitando tanto el reduccionismo científico como el dogmatismo espiritual. Esta integración permite una comprensión más rica de la realidad y del ser humano, favoreciendo un conocimiento que no solo informa, sino que transforma la manera de vivir y de relacionarse con el mundo.